Faride Ramos Toscano lanzó su nueva marca de Knitwear, abriéndole paso al diseño colombiano en una nueva categoría, Básicos Elevados, siendo éxito total y demostrándole a la industria que, a pesar de las condiciones generales del planeta y su pandemia, no hay mejor momento para actuar sino en el actual.
La diseñadora relata que a lo largo de su vida diferentes experiencias la han llevado orgánicamente a tomar decisiones importantes direccionadas a construir lo que hoy es evidente para todos, una carrera reconocida en la industria de la moda y clientes felices alrededor del planeta.
Desde muy joven sabía que el diseño y la moda las llevaba en la sangre. Como en muchas historias de familias colombianas, tomar la decisión de ejercer la carrera de Diseñadora de Moda, prácticamente era ir contra la corriente de los deseos de su círculo cercano. Es más, recuerda que antes de graduarse del colegio un familiar le dijo “usted es muy inteligente para estudiar eso”.
Siguiendo por ende la determinación de su familia, decidió estudiar administración de empresas como una elección de vida “inteligente” para cumplirles y encontrar la manera en la que más adelante cursar lo que realmente quería. Sin embargo, llega un punto en el que definitivamente su corazón le dicta que debe comenzar a enfocarse en su gran pasión, así que suspende su carrera después de cuatro semestres, consiguió un trabajo y comenzó a estudiar diseño de moda en las noches.
Faride recuerda con gran cariño, “conté con la mano amiga de uno de mis jefes en mi primer trabajo para ahorra lo suficiente y con ello estudiar diseño de moda”. Es así que tres años después se graduó de la escuela de diseño Arturo Tejado Cano de Bogotá y decidió emprender un viaje para especializarse en Italia; sin embargo, en esa época su madre enferma y Faride decide quedarse junto a ella.
En el 2007 Faride logró viajar a Barcelona para especializarse en estudios relacionados con moda y comienza a definir el ADN de lo que sería su marca. Después de un año regresó a Colombia y con algunos ahorros, junto con el apoyo de su hermano, el conocido estilista y peluquero, Franklin Ramos, comenzando así su travesía como diseñadora, “Al principio lo que realmente hacia era producirle a otros, sin embargo en un punto decidí comenzar a diseñar y transmitir a través de mis prendas lo que yo era”, comenta Faride.
Debido a sus experiencias personales y a su entorno en su natal Mompox, Faride creció rodeada de hombres siendo la única hermana de su combo, por lo tanto, desarrollando una sensibilidad mucho más sartorial y enfocada en el genero masculino, es así que comenzó con algunas piezas para hombres, sin embargo el tiempo y el mercado la fueron llevando a enfocarse en el universo femenino. Recuerda entre risas que “al principio yo sabía que no iba a vender el vestido que estaba de moda, porque mi forma de diseñar era con influencia masculina, debido a mi experiencia de pequeña donde compartí habilidades netamente del genero, así que de cierta manera me alegraba ver que aquellas personas que entraban en mi showroom buscando el micro vestido, no lo harían”.
Desde ese momento Faride comenzó a posicionarse dentro del mundo de la moda como una propuesta distinta, de una mujer de mundo. Gracias al auge de ciertos diseñadores Colombianos a nivel mundial y la entrada de grandes marcas como Zara, Massimo Dutty y Mango, la moda comenzó a diversificarse y allí es donde Faride encuentra un espacio para ser mucho más visible.
Hoy en día es una de las marcas de moda más conocidas de Colombia. Ha ganado variedad de reconocimientos dentro de la industria como; ser elegida para el The Vogue talents corner en el 2015 en el marco de Colombiamoda, ha sido nominada varias veces como mejor diseñadora de los premios cromos de la moda y ganadora del American Express innovación en el 2017.
Faride quería rendirle un homenaje a su madre que desde el cielo siempre la ha guiado, así que en el 2019 junto con su hermano comenzaron a idear un nuevo concepto que pudiese ser mucho más accesible para los consumidores colombianos, genderless y que mezclara la sabiduría de esta dupla. Es allí cuando surge TOSCANO, marca de “básicos elevados” de KnitWear, sin embargo, en medio de la planeación y ejecución del plan, llegó la pandemia. Faride cuenta que se preguntó “¿Qué vamos a hacer? ¿De qué vamos a vivir? ¿Vamos a ser en esta crisis de los que lloran o los que venden pañuelos?».
Así que junto con su socio y hermano Franklin, decidieron retomar su proyecto a mediados del 2020 y poco a poco, confiando en que no hay otro momento que el ahora, decidieron aprovechar toda oportunidad que se les presenta para sacar adelante este proyecto. Es así que salen al ojo público en la primera Feria Buró que se realizó en pandemia en noviembre del 2020, “Estábamos tan convencidos, que elegimos el estand más grande, reutilizamos lo que teníamos, nos volvimos más creativos y dijimos; es el momento perfecto».
TOSCANO tiene un crecimiento continuo, tuvo total éxito con su primera colección y la demanda los ha llevado a aumentar números de producción para su segunda colección capsula. Faride siente que en este punto es donde todo se resumen en el haber podido juntar la experiencia de su vida, con su propia marca homónima, la unión de personas claves como lo son su socio y equipo de trabajo y actuar en el presente “tomar lo que estaba pasando en el mercado, aprovechando la coyuntura y convertirlo en números».
TOSCANO hoy tiene producto agotado pero muy pronto tendremos la posibilidad de llevarnos una prenda con diseño para estar cómodos y vivir en nuestra nueva realidad. Para conocer más de la marca, pueden ir sus redes sociales como @toscano.col o @farideramos.
Escrito por Daniella Romani y Jackelin Vargas