AMANO LAB: entrelazando lo artesanal y lo moderno por medio del zuncho

​Fotografías por Carolina Velandia Barbudo

Entretejer es la nueva forma de recuperar un legado ancestral para traerlo al estilo citadino, reutilizando y fabricando accesorios de moda

Tejer Zuncho dejó de ser el simple hecho de unir un material para concebir una canasta de mercado o una cartera, transformándose en algo más profundo, obteniendo más significado con el pasar del tiempo. Emilia Atuesta, diseñadora antropóloga de aMano, nos muestra cómo se acompaña este proceso, pues es un laboratorio creativo que realiza artículos de moda o de casa, incluyendo cestos, bolsos de diferentes tamaños, cajas, individuales, portavasos, hasta lámparas, apoyando a comunidades artesanas.

De manera cercana se tejen sueños, transformando e impulsando por medio de la formación artesanal, con múltiples procesos dinámicos, que fomentan la innovación, principalmente con ayuda de dicha materia prima, lo que permite concientizar acerca de la importancia de las técnicas ancestrales como un elemento de identidad cultural, además del aprovechamiento de plásticos residuales, revelando una forma sustentable para cuidar el medio ambiente urbano.

El laboratorio tiene clara la conexión entre las personas y los materiales, pues con ellos se permiten los cambios interpersonales entre las comunidades; este antiguo arte se pudo encontrar en civilizaciones anteriores tanto en Latinoamérica como en otros continentes, pues según expertos, apareció en el periodo Paleolítico Superior.

​Fotografías por Carolina Velandia Barbudo

​Fotografías por Carolina Velandia Barbudo

Para nuestra cultura, los ancestros artesanos utilizaron las técnicas de tejido ya fuera para crear prendas de vestir u objetos funcionales, que permitieron facilitar la supervivencia, utilizando elementos encontrados en la naturaleza, como son las fibras naturales, el fique siendo uno de ellos (M. I. Ruiz de Haro, 2012). Sin embargo, las migraciones hacia ciudades como Bogotá, ocasionadas por la violencia o la pobreza a lo largo de nuestra historia, obligaron a replantear con qué desarrollar esta antigua disciplina para subsistir en los nuevos núcleos urbanos, pues con sus destrezas lograron realizar trabajos manuales, a pesar de la carencia de recursos.

Aunque poseen talentosos conocimientos heredados de comunidades rurales, se dificulta conseguir ciertas materias primas en la ciudad para realizar su labor, razón por la cual surgió la necesidad de crear un nuevo método que fuera funcional, pero de fácil acceso: innovar en la cestería con el Zuncho, cinta plastica industrial de polipropileno con diferente grosor y anchura, que sirve para transportar, para sujetar, amarrar o enrollar objetos, cajas, cargas, que se utilizan una única vez. Este elemento sorprende por ser flexible, de bajo costo, resistente para el nuevo uso del mismo, propiedades que se asemejan a materiales que se conseguían anteriormente en sus regiones de origen, logrando así conectar su “saber hacer” adaptándose a prácticos productos citadinos.

Emilia nos cuenta que “el hecho de reutilizar el zuncho, nace a partir del reconocimiento de las características materiales, de las posibilidades de transformación de un elemento disponible en la ciudad. Cuando un artesano llega a un lugar como Bogotá, no cuenta con las mismas materias primas con las que está acostumbrado a trabajar, así que encuentra alternativas que le permitan mantener su oficio, para poder sostenerse él y su familia”.

​Fotografías por Carolina Velandia Barbudo

Esto nos muestra que el Zuncho es un material sostenible, pues brinda la posibilidad de evitar desperdicios plásticos, generados por las industrias, dándoles una segunda vida. Adicionalmente, el material recuperado de artículos desechados fabricados en este mismo, pueden ser nuevamente reciclados, generando varios ciclos de uso y otorgándole sostenibilidad.

Junto a ello, Emilia explica que el “proyecto de tejido en zuncho busca reutilizar un material como el plástico, convirtiéndolo en un objeto duradero que permanezca en el tiempo en vez de ser descartado. Reemplaza la bolsa del mercado disminuyendo el consumo de la misma, reduciendo el impacto de estos productos desechables en el planeta”.

Es importante mencionar que existen diversas formas de reciclar reutilizando materiales como el plástico, comprendiendo, reconociendo el valor del mismo, para hacer un alto, reflexionar sobre el daño generado por el exceso de residuos de compleja descomposición. Un informe publicado por la ONUAA o FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) explica que en el año 2050 habrá más plásticos qué peces en los océanos; con esto se debe concientizar viendo con otros ojos, de manera creativa, un nuevo uso de esta materia, pues ahora existen diferentes fuentes de información al alcance para aprender a contribuir, innovando, transformando basura en objetos nuevos y funcionales, para lograr construir un gran cambio en nuestro entorno.

Amano se ha puesto en la tarea de buscar este tipo de alternativas, pues Emilia nos cuenta “Inicialmente se trabajaba con zuncho reutilizado, cintas encontradas en la basura, sin embargo, hoy en día ha crecido tanto la producción que se producen las cintas de zuncho, a partir de polipropileno reciclado ( post-industria y post-consumo) con diseños y colores particulares”. De esta manera se logra mantener un concepto de negocio sustentable pero productivo, beneficiando a su vez a los artesanos implicados en este proceso.

La técnica de cestería se basa en el tejido plano, el cual está formado por medio de dos tipos de hilos: urdimbre y trama, los cuales se cruzan formando una especie de malla; a partir de esto nacen los canastos de zuncho, piezas que conectan lo artesanal con lo industrial. Por otro lado, se perciben las simbologías del tejido, según sus formas, aspectos que se han tratado de recuperar en los últimos años, otorgándole valor a la artesanía, pues el gobierno se ha esforzado durante varios años en rescatar su contenido, promoviendo su manufactura, con ayuda de entidades como Artesanías de Colombia, junto al Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, según el repositorio del sociólogo A. Vega Camargo. De esta manera se logra trabajar sobre lo ya creado, para innovar con diseños, redefiniendo los significados, haciendo comprender a la sociedad el valor, tanto simbólico como monetario de uno de estos productos.

​aMAno permite desarrollar e invitar a los artesanos a explorar nuevas inspiraciones, dando a conocer su trabajo, progresando, combinando sus técnicas, ofreciéndoles una vitrina para que el mercado local e internacional los reconozca, lo que posibilita que al compartir sus conocimientos y experiencias, no sean olvidados, permitiéndoles ser visibles, dejando una huella más actual pero con tonos ancestrales.

​Una de las fundadoras comenta que “en muchos casos, los artesanos no tienen el capital de trabajo ni la estructura para poder atender este tipo de mercado, así que aMano es un aliado que permite unir varios grupos de artesanos para poder producir a mayor escala, así como a capacitar personas con habilidades manuales para la producción de estos objetos, con una gran variedad de tejidos y oficios artesanales”.

Así mismo, aunque aMano es un taller artesanal, que experimenta con otros tipos de fibras diferentes a la ya mencionada, como el papel, el trapillo, el cable, entre algunos, es una empresa de accesorios de moda con sentido social y medioambiental, dictando talleres que permiten concientizar a las personas que los toman acerca de este tipo de arte, valorando el esfuerzo, la dedicación que cada pieza lleva, incluso trabajan la cerámica, otro símbolo de tradición, entre varias actividades manuales.

Sin embargo, ya se puede ver el zuncho como una tendencia que traza no solamente el “Street Style”, sino como un material interesante para crear Moda. Otras marcas como ZUNCO, SHANTI CANASTAS entre algunas tienen como principal elemento de identidad esta interesante materia prima, lo que hace que la industria replantee las alternativas que se tienen para innovar.

Escrito por Ae Quijano y Carolina Velandia Barbudo.


Referentes Bibliográficos:

Ruiz de Haro, M.I (2012). Orígenes, evolución y contextos de la tecnología textil: La producción del tejido en la prehistoria y la protohistoria. @rqueología y Territorio,
​nº 9, pp. 133-145. Recuperado de: https://bit.ly/2Tjt22l Consultado 01/04/2019
Bellis, M. (2018). The History of Clothing. EU. ThoughtCo. Recuperado de: https://bit.ly/2xHh07g Consultado 01/04/2019
Vega Camargo, A. (2006). Proyecto “Tejidos artesanales del Caribe colombiano, Identidad, Cohesión y Desarrollo”. Repositorio Artesanías de Colombia. Recuperado de: https://bit.ly/2EtmJiV Consultado 01/04/2019
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Lapresa, J. (2018). “2050: Más plásticos que peces en los océanos”. Portal El País. Recuperado de: https://bit.ly/2Jto5OC Consultado 01/04/2019