Lina Bermeo es una diseñadora colombiana que le apuesta al futuro de la moda desde la sostenibilidad, creatividad, co-creación y la relación que existe con nuestros antepasados
El procedimiento para estampar de una manera más sostenible empieza por seleccionar cada planta y las telas adecuadas; una elección que está basada en la composición natural de la fibra para las telas, sumado a los taninos que posean las plantas, pudiendo ser cualquiera que se dé en la zona geográfica. Sin embargo, durante el proceso se requieren químicos como el sulfato de hierro para que el pigmento cumpla con las propiedades necesarias.
Para que el pigmento de las plantas quede impreso en el textil se debe realizar un proceso minucioso con diferentes técnicas que dependen de varios factores, como la estación de la luna, el clima, la zona geográfica, entre otros; cada factor hace que la extracción de los colores sea única; además, el proceso debe ser cuidadoso, creando exclusividad en la prenda y dándole un significado más profundo al momento de usarla.
Lina Bermeo es diseñadora de moda de la Universidad de ECCI, apasionada por la sostenibilidad y el cambio colectivo. Comenzó su trayectoria a partir de los ancestros, especialmente con sus abuelas, pues ellas le inculcaron el amor por los oficios textiles, artesanales y la medicina tradicional. Desde allí ha estudiado y profundizado las ideas que le enseñaron desde niña para continuar el camino de sus raíces.
Antes de iniciar sus estudios como diseñadora de moda trabajó en el medio con diferentes marcas y proyectos, recolectando información, experiencia y métodos para que en un futuro se construyera su marca. Su familia, compuesta por sus dos hijos y esposo, son quienes han sido el mayor apoyo en todo este proceso de encontrar el verdadero propósito del futuro de la moda para ella.
A Lina siempre le atrajo la idea de la sostenibilidad, sin embargo, encontrar el equilibrio no ha sido fácil. Después de finalizar sus estudios, duró seis años creando vestidos de novia, lo cual no la satisfacía como ella quería, pues el impacto medio ambiental que causaban los insumos de esta categoría, empezó a convertirse en una barrera para ella. Al ser consciente de esto, empezó su investigación sobre el mundo de la moda y su impacto medioambiental, buscando maneras más ecológicas de manejar las fibras textiles.
Durante su camino, Lina realizó varios viajes para encontrar su inspiración y conocimiento en los procesos sostenibles de la moda, encontrando en lugares como Santander, Cundinamarca, Risaralda y la Guajira los artesanos que para ella son maestros. Esta travesía por Colombia la realizó sola con la esperanza de abrir un nuevo capítulo de su vida. A finales de 2018, había recopilado toda la información que necesitaba para arrancar con su nueva marca. Solo faltaba lo más importante: el nombre.
De esta manera, nació Tarpui, que significa sembrar en el idioma quechua. Para Lina es importante tener un concepto con trasfondo: los seres humanos deben ser una semilla para el mundo y el fruto tiene que ser un servicio para los demás. Al ser los colores un proceso tan único, la marca no se guía en las tendencias globales, sino en las plantas y sus momentos de cosecha.
Tras error y prueba, encuentra las fibras perfectas para su primera colección, fabricada en algodón orgánico, tejidos artesanales y fibras de lana amasadas a mano en Risaralda. Esta colección le dio el enganche para darse a conocer como una marca a favor del cambio, la preservación y la sostenibilidad.
«No es fácil ser 100% sostenible», como menciona Lina, pero con pequeños cambios en el diario vivir se pueden reducir los impactos negativos en el medio ambiente. Tarpui busca cambiar la industria, lograr la empatía con todos los procesos que se realizan al crear un producto, dejar a un lado el ego en el sistema de la moda y pasar al eco con el fin de lograr la sostenibilidad ambiental necesaria para existir.
La marca buscará seguir contando con la colaboración de los artesanos, quienes no solo serán proveedores de la materia prima, sino que también harán parte de todo el proceso de creación del producto, haciendo honor, según Lina, al sentido de este nuevo proyecto: el futuro está en nuestras raíces.
Escrito por Verónica Camacho, Aura Riaño y Natalia Támara