Una perspectiva narrada desde el ángulo fotográfico donde se cuentan historias y códigos sobre la moda urbana
Sencillo, callado y pensativo, así encontramos a Zico Rodríguez en un Starbucks de Bogotá. A pesar de ser un fotógrafo afamado en el medio no lo aparenta, es una persona tímida y educada, que nos invita a tomar asiento en el café.
Sin mucho preámbulo empezamos a conocerlo mediante la entrevista. Con 35 años de edad, Zico nos cuenta la necesidad de diferenciarse de sus demás compañeros Nicolás, su nombre real, a partir de su trabajo profesional, impactando a sus futuros clientes. Explica cómo logró entender que simplemente girando la N inicial de su nombre, transformándola en una Z, lograría ese eco tan anhelado, “en ese momento uno se está buscando a sí mismo, pues yo nunca lo pensé como un nombre artístico, sino como marca”, explica, “yo quería ser diferente” recalca.
Emocionado de contarnos su ingeniosa idea para encontrar su seudónimo, le preguntamos acerca del lugar dónde realizó sus estudios: en Taller 5, nos adelanta que actualmente está homologando el título para pasar de ser Técnico a Profesional. En junio lo tendrá en sus manos.
Se empieza a sentir la pasión por la fotografía a medida que responde las preguntas, sin embargo, frena y abre los ojos apenas lo interrogamos acerca de su elección por esta disciplina y no otra; “esa pregunta es muy difícil y yo me la hago constantemente, tal vez cuando giré la N decidí ser fotógrafo, de resto estaba experimentando”. Su primera cámara no fue una profesional, comenzó con una semiprofesional, para adquirir más adelante y con la que actualmente trabaja, una Canon 5d Mark III.
Como docente, sus inicios no fueron precisamente enseñando fotografía, pero sí tocando la guitarra como amante apasionado de la música. Alimentó su currículo habiendo dirigido a las modelos de algunas Agencias, para saber posar frente al lente. Más adelante, luego de retratar moda, lo recomendaron para dictar algunas clases en algunas instituciones, entre las cuales se encuentra la Escuela Arturo Tejada Cano.
Saltamos a preguntarle por el primer trabajo pago que tuvo. Cuenta que este lo consiguió por medio de unos amigos quienes lo sugirieron para realizar el styling de la marca de ropa Lebushi, siendo aún un estudiante. Esto alimentó su portafolio y le permitió seguir produciendo para muchas marcas de moda.
Escrito por Ae Quijano y Carolina Velandia Barbudo